jueves, 3 de diciembre de 2009

Mitología

Ayudantes

Deimos y Fobos eran hijos suyos con Afrodita y también respectivamente los espíritus del terror y el miedo, que le acompañaban a la batalla. a hermana y compañera del homicida Ares era Enio, diosa del derramamiento de sangre y la violencia. La presencia de Ares se veía acompañada por Cidoimos, el daimon del alboroto de las batallas, así como las Macas (Batallas), las Hisminas (Disputas), Polemos (un espíritu menor de la guerra, probablemente un epíteto de Ares, pues no tenía un dominio específico) y la hija de éste, Alala, la diosa-personificación del grito de guerra griego, cuyo nombre era usado por Ares como grito de guerra propio. Su hermana Hebe, a quien trataba irrespetuosamente, era reclamada a menudo para prepararle el baño.

La fundación de Tebas

Uno de los muchos papeles de Ares situado en el propio continente griego era el del mito fundacional de Tebas: Ares era el progenitor del dragón acuático que mató Cadmo, convirtiéndose en ancestro de los espartanos, pues de los dientes del dragón brotaron como si una cosecha creciese una raza de guerreros descendientes de Ares, los espartos. Para aplacar a Ares, Cadmo tomó como esposa a Harmonía, hija de éste con Afrodita, resolviendo así la contienda y fundando la ciudad de Tebas.

Afrodita

En el mito cantado por el bardo en el salón de Alcínoo, rey de los feacios, el dios sol Helios espió una vez a Ares y Afrodita haciendo el amor en secreto en casa del esposo de ésta, Hefesto, a quien alertó presto. Hefesto enfureció y conspiró para atrapar a la pareja in fraganti, para lo que dispuso sobre la cama una sutil red metálica invisible con el poder de inmovilizar a cualquiera, incluyendo a los dioses. Así atrapó a Ares y Afrodita en la siguiente ocasión, trayendo entonces a los demás dioses para que fuesen testigos del adulterio (las diosas no fueron por pudor), pensando humillarlos. Algunos comentaron la belleza de Afrodita, otros que habrían cambiado gustosos el lugar de Ares, pero todos se burlaron de ellos. Poseidón accedió a devolver a Hefesto el excrex de Afrodita. Cuando la pareja fue liberada, Ares huyó a su tierra natal, Tracia.

En una versión adulterada muy posterior, Ares ponía a Alectrión a su puerta para que le avisase de la llegada de Helios, pero el joven se quedó dormido y Helios descubrió a los amantes. Ares, furioso, transformó a Alectrión en un gallo, que nunca se olvida de anunciar la llegada del sol por la mañana.

Ares y los gigantes

En un oscuro mito arcaico, relatado en la Ilíada por la diosa Dione a su hija Afrodita, dos gigantes ctónicos, los Alóadas, Oto y Efialtes, encadenaban a Ares y le encerraban en una urna de bronce, donde permaneció trece meses, un año lunar. «Allí pereciera el dios insaciable de combate, si su madrastra [de los Alóadas], la bellísima Eribea, no lo hubiese participado a Hermes». «En éste se sospecha un festival de libertinaje que se desata al decimotercer mes.» Ares estuvo gritando y aullando en la urna hasta que Hermes lo rescató y Artemisa engañó a los Alóadas haciendo que se arrojaran sus lanzas uno al otro, matándose.

La Guerra de Troya

En la Ilíada, Homero representa a un Ares sin alianzas fijas ni respeto hacia Temis, el orden correcto de las cosas: prometió a Atenea y Hera que lucharía del lado de los aqueos, pero Afrodita logró persuadirle para que luchase junto a los troyanos.

Durante la guerra, Diomedes se enfrentó a Héctor y vio a Ares luchando en el bando troyano. Diomedes pidió a sus soldados que se retirasen lentamente. Hera, la madre de Ares, vio la injerencia de éste y pidió permiso a Zeus, su padre, para alejarlo del campo de batalla. Ares atacó a Diomedes con su lanza, pero Atenea desvió el ataque. Diomedes respondió con la pica y Atenea guió el golpe para herir a Ares, quien en su caída bramó como nueve o diez mil hombres y huyó al monte Olimpo, lo que obligó a los troyanos a retirarse.

Cuando Hera mencionó durante una conversación con Zeus que su hijo Ascálafo había muerto, Ares rompió a llorar y quiso unirse a la batalla del lado de los aqueos contra la orden de Zeus de que ningún olímpico debía participar en la guerra. Atenea detuvo a Ares y le ayudó a quitarse la armadura. Más tarde, cuando Zeus permitió a los dioses tomar parte activa en la guerra de los mortales, Ares intentó vengarse de Atenea, pero terminó herido de nuevo cuando ésta le golpeó con una piedra, cubriendo al caer con su cuerpo tumbado siete yugadas.
Símbolos

Ares tenía una cuadriga tirada por cuatro sementales inmortales con bridas de oro que respiraban fuego. Entre los demás dioses, Ares era reconocido por su armadura de bronce y por la lanza que blandía en batalla. Sus pájaros sagrados eran las lechuzas, los pájaros carpinteros y especialmente los buitres. Según las Argonáuticas los pájaros de Ares (Ornithes Areioi) eran una bandada de pájaros cuyas plumas podían lanzar como dardos y que guardaban el altar que las amazonas dedicaron al dios en una isla del mar Negro. Su animal favorito era el perro.
En el arte griego clásico sus atributos usuales eran un casco crestado y una lanza.

Dioses Griegos








jueves, 26 de noviembre de 2009




Ares – Marte

En la mitología griega, Ares se considera el dios olímpico de la guerra, aunque es más bien la personificación de la fuerza bruta y la violencia, así como del tumulto, confusión y horrores de las batallas,[] en contraposición a su hermanastra Atenea, que representa la meditación y sabiduría en los asuntos de la guerra y protege a los hombres y sus habitaciones de sus estragos.
Los
romanos le identificaron con Marte, dios romano de la guerra y la agricultura (al que habían heredado de los etruscos), pero éste gozaba entre ellos de mucha mayor estima.
Se le representa como hijo de
Zeus y Hera, aunque existe una tradición posterior según la cual Hera lo concibió al tocar una determinada flor, en lo que parece ser una imitación de la leyenda sobre el nacimiento de Hefesto, y es recogida por Ovidio.[ ]Su lugar de nacimiento y auténtico hogar estaba situado lejos, entre los bárbaros y belicosos tracios,[] y a él huyó cuando fue descubierto acostándose con Afrodita.

Títulos y epítetos


Enialio era un epíteto común para Ares. Mientras Ares parece ser un sustantivo corriente que significa ‘guerra’. Sin embargo, para la época clásica Enialio había sido relegado al estatus de héroe y Ares ascendido a dios. Enialio sobrevivió como un título de culto sólo en algunos escenarios, notablemente en el juramento de los efebos en Atenas.
Otros epítetos de Ares son:
Brotoloigos (Βροτολοιγός, ‘destructor de hombres’);
Androfontes (Ανδρειφοντης, ‘asesino de hombres’);
Miaiphonos (Μιαιφόνος, ‘manchado de sangre’);
Teikhesiplêtês (Τειχεσιπλήτης, ‘asaltante de murallas’);
Maleros (Μαλερός, ‘brutal’);







Teritas (Θηρίτας, ‘bestial’), por Tero, su niñera.
La Religión Clásica:
En el mundo clásico la religión tenía carácter social vinculada a la ciudad y al Estado en los cultos oficiales y a la familia y al linaje en los cultos domésticos y a los antepasados. En los cultos públicos los oficiantes eran los sacerdotes y en el culto privado, el paterfamilias. El ritual de los sacrificios, de las plegarias y de las purificaciones su incumplimiento atraía la desgracia y maldición de la divinidad. La vida social, política y privada estaba sometida a la intervención y la aprobación de las divinidades.
En cuanto a las divinidades, que presentaba estas características:
· Politeísta: se veneraba a muchos dioses.
· Antropomórfico: los dioses presentaban aspecto humano, aunque eran inmortales.
· Jerarquizado: puesto que cada dios dominaba su parcela todos estaban supeditados a Zeus.
Los petas griegas Homero y Hesíodo dieron forma a estos dioses, construyeron su historia y genealogía. Los romanos adoptaron como propio el panteón griego y adaptaron sus divinidades conociendo a los dioses con dos nombres, uno griego y otro romano.
A partir de Augusto, los romanos divinizaron al emperador, primero a su muerte y después en vida de este, los habitantes del imperio tenían que rendirle culto se levantaron templos y estatuas en su honor, teniendo incluso sacerdotes propios.
El Culto:
La religión clásica se manifestaba en la realización de cultos oficiales y públicos.
Los Sacerdotes:
En Grecia y en Roma no había una casta sacerdotal el sacerdocio era una magistratura más, cualquier podía ser nombrado sacerdote si una preparación previa. En Roma los sacerdotes estaban agrupados en organizaciones sacerdotales encargados de supervisar el culto. Los principales colegios sacerdotales eran:
· Colegio de los Pontífices.
· Colegio de los Flamines.
· Colegio de las Vestales.
· Colegio de los Arúspices y los Augures.